Julián y yo llevamos un par de meses trabajando con una empresa en un proyecto de prospección de mercado y diseño de modelo de negocio para una tecnología en cuya estrategia de PI llevamos varios años colaborando.

Digamos que la tecnología está madura para su explotación comercial. Sin embargo, nadie nos conoce y tampoco está claro que el modelo de negocio que hemos pensado sea el más adecuado a las circunstancias del mercado. Es necesario, como siempre, salir a vender. Intentamos aplicar aquello que escribí hace ya un tiempo: Vender es tan sencillo como salir a vender.

Estamos cinco personas en el equipo de trabajo; cada uno en un lugar diferente.

Nos hemos reunido dos veces por Skype y nos hemos cruzado cientos de correos.

Conozco personalmente a tres de mis cuatro colegas. Al cuarto; Gorka, que es un genio, aun no lo he visto en persona. Gorka ha hecho dos viajes por Europa y esta mañana acaba de salir para el otro lado del charco en un viaje de dos semanas. Todos los viajes se han preparado en remoto y se han despachado en remoto. Creo que la eficacia del equipo va a ser enorme. Y aun no nos hemos juntado.

Muchos directivos desconfían del trabajo virtual y convocan innumerables reuniones. Necesitan ver a las personas. Pero, ¿esto lo hacen para dirigir, inspirar y liderar o lo hacen para controlar y demostrar su poder?

Estoy deseando conocer y abrazar en persona a Gorka. Pero no ha sido necesario hacerlo para que empiece a volar, a trabajar, conocer y producir.

En el mundo, hay muchas personas capaces. Las nuevas tecnologías permiten crear auténticos equipos virtuales enormemente productivos.

Hay que eliminar costosas reuniones y dejar hacer a las personas.

Buen viaje Gorka. Espero que pronto nos conozcamos, colega.