Comercial Hostelera del Norte – Completando la historia


Noticias de Gipuzkoa ha publicado hoy la siguiente noticia: “Eurogap reconoce a Marian Aranguren”. La empresa de consultoría reconoce a la Directora General de Comercial Hostelera por su “gran trayectoria en el mercado trabajando con valores humanos”. Vaya por delante mi enhorabuena a Marian por ese logro. Conseguir que una empresa se mantenga viva durante más de 50 años es un logro que, sin duda, merece ese reconocimiento. 

Una empresa se parece a un edificio. Los cimientos del edificio permiten que este se mantenga en pie. Cuando una empresa sigue activa más de 50 años después de su fundación quiere decir que los fundamentos que se colocaron en 1969 eran verdaderamente sólidos.

Yo tenía 5 años y mi padre, Juan Ángel Irizar Izaguirre, tenía 36. En una época donde “no existían” los emprendedores ni los emprendedores en serie, Comercial Hostelera sería la tercera o cuarta empresa que fundó o que ayudó a progresar. Probablemente, fue a la que más tiempo dedicó.

La confianza que mi padre tuvo en sí mismo y en sus colaboradores hizo que diera participación en la empresa a personas que él consideraba que podían aportar valores positivos al proyecto. No pensó que nadie fuera a traicionarle ya que era el promotor de la idea y quién hacía la labor de empresario que no es otra que poner en marcha una estructura autosuficiente, o sea, que no faltara dinero en caja. Durante finales de los 70 y principios de los 80, fue dando entrada a nuevos socios hasta que perdió el 50%.

A finales de los años 70, mi madre empezó a sentirse mal. La medicina tardó tres años en dar con el diagnóstico correcto. La medicina, entonces como ahora, tiene conocimientos muy limitados. Mi padre estuvo más de tres años llevándola a diferentes clínicas y médicos y acompañándola a sus tratamientos. Lógicamente, tuvo que reducir el tiempo que dedicaba a sus empresas. Mi madre murió en 1983. 

Comercial Hostelera, por su parte, gozaba de buena salud económica y financiera.

Ángel volvió a dedicarle tiempo a sus empresas y, sobre todo, a Comercial Hostelera. Decidió la compra de un miniordenador IBM Sistema 34 o 36 para informatizar la gestión de la empresa. También contrató a Marian para llevar la administración y responsabilizarla de la informatización de Comercial. Cuando la mayoría de PYMEs no utilizaban ningún ordenador para su administración, Comercial Hostelera empezó con la automatización de procesos a comienzos de los 80. Además, trasladó el departamento de administración a unas oficinas separadas ya que los ordenadores en aquella época eran unos auténticos armarios y sacaban bastante ruido.

En algún momento de la enfermedad de mi madre, uno de los nuevos socios, ni siquiera cercano al grupo inicial, empezó a sembrar cizaña, como el personaje de Asterix, y a “hacer política”. Tejió alianzas, prometió cualquier cosa y consiguió acorralar a mi padre en una situación minoritaria. El hombre tuvo que negociar su salida que se produjo a final de los años 80.

Afortunadamente para el proyecto, los cimientos estaban puestos y la empresa ha podido crear empleo y riqueza para beneficio de la sociedad.

Aita murió a finales del pasado año. Quiero creer que Marian acudió a su funeral para hacerle justicia y reconocer lo que la figura de mi padre ha supuesto en su trayectoria profesional. El premio de Marian es, en cierto modo, un premio para mi padre, que puso las bases del proyecto que ella ha dirigido.

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