Hace unos meses leí un librito de un historiador económico italiano, Carlo M. Cipolla sobre la estupidez humana. Se titula «The Basic Laws of Human Stupidity» que él recomienda leer en el inglés original. El prólogo está escrito por Nassim Nicholas Taleb, probablemente uno de los mejores analistas de riesgos del mundo y autor, entre otros, de «The Black Swan» (El cisne negro). El libro de Cipolla se lee muy rápido y es sumamente recomendable.
El objeto del libro es «detectar, conocer y tratar de neutralizar una de las más poderosas y oscuras fuerzas que impiden el crecimiento de la felicidad y bienestar humanos: la estupidez y los estúpidos».
A efectos del libro, el estúpido es alguien que daña a otros sin procurarse ningún beneficio para sí mismo (del prólogo de Taleb).
Las leyes básicas de la estupidez son cinco:
La primera: «Siempre e inevitablemente todos minusvaloramos el número de individuos estúpidos en circulación».
La segunda: «La probabilidad de que una persona sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de esa persona».
La tercera (o regla de oro): «Una persona estúpida es una persona que causa pérdidas a otra persona o grupo de personas al mismo tiempo que esa misma persona estúpida no obtiene ningún beneficio e incluso puede que incurra en pérdidas»
La cuarta: «Las personas no estúpidas siempre minusvaloran el poder perjudicial de los individuos estúpidos».
La quinta: «Una persona estúpida es el más peligroso tipo de persona. Una persona estúpida es peor que un bandido»
Una de las partes del libro más interesante es la metodología para identificar personas estúpidas. Existen cuatro tipos de personas: Vanas (N), Inteligentes (I), Bandidos (B) y Estúpidos (S).

Las personas vanas (H) hacen el bien a las demás mientras ellas salen perjudicadas. Las personas inteligentes (I) hacen el bien a la vez que ellos salen beneficiados (os acordáis de la película «Una mente maravillosa«). Las personas «Bandido» (B) hacen el mal a la vez que ellas obtienen un beneficio. Los estúpidos (S) son los peores porque hacen el mal sin ganar nada a cambio. En cualquiera de los otros tres primeros casos, hay alguien beneficiado. En el último caso, nadie se beneficia.
Es importante resaltar dos puntos con respecto al beneficio. En primer lugar, el beneficio es cualquier satisfacción material o inmaterial que cada sujeto percibe. Cuando la satisfacción es positiva, hay un beneficio. Cuando la satisfacción es negativa, hay un beneficio negativo o pérdida. En segundo lugar, el beneficio percibido por cada uno se valora conforme a los valores de cada uno. Es decir, mi beneficio se valora con mi escala de valores y el beneficio del otro con su escala de valores y no necesariamente tienen que ser comunes.
Es muy interesante la zona de los bandidos. Hay bandidos tipo B1 que obtienen un beneficio mayor que la pérdida que ocasionan. Estos bandidos se acercan a las personas inteligentes pero son muy raros. Los bandidos tipo B2 ocasionan más pérdidas que los beneficios que ellos obtienen; típico ladrón que malvende la mercancía sustraída. La mayor parte de los bandidos son de este tipo.
Finalmente, Cipolla nos anima a hacer nuestras propias evaluaciones ya que no conviene olvidar lo que el autor menciona en la cuarta ley: ‘Non-stupid people always underestimate the damaging power of stupid individuals. In particular non-stupid people constantly forget that at all times and places and under any circumstances to deal and/or associate with stupid people infallibly turns out to be a costly mistake.’ Traducido: La gente no estúpida tiende siempre a minusvalorar el poder dañino de los estúpidos. En particular, los no estúpidos olvidan constantemente que en cualquier tiempo y lugar y en cualquier circunstancia tratar o asociarse con un estúpido irremediablemente se convierte en un costoso error. (Cipolla, Carlo M.. The Basic Laws of Human Stupidity (pp. 66-67). Ebury Publishing. Edición de Kindle.).
Os dejo su plantilla:

Hola Iñigo;
great post/resumen!
pero este texto de Cipolla es ya muy viejo, no? me acuerdo haberlo leido hace unos 15 años.
el prologo de Taleb formara parte de una edicion reciente, me imagino.
saludos:
bart kamp
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La edición con el prólogo de Taleb es la que está enlazada. Lo leí hace poco siguiendo la recomendación de Taleb y me encantó. Por cierto, lo que ha escrito Taleb sobre el Coronavirus es también muy bueno: riesgos, variabilidad y colas cada vez más dañinas.
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