Sin que sirva de precedente y sin ninguna humildad por mi parte, me voy a meter en un jardín que seguramente me queda grande.
Hay mucha gente que cree que el problema catalán es un problema histórico. No lo creo. La historia puede explicar muchas cosas pero no determina nada. América Latina seguiría siendo española si la historia hubiera determinado algo. Y los Estados Unidos, seguirían siendo una colonia inglesa. La historia explica pero no determina.
Hay mucha gente que cree que el problema catalán está basado en el odio hacia lo español. No lo creo. Pocos catalanes, o vascos, sentiríamos vergüenza de compartir patria e historia con Cervantes, Machado, Velázquez, Picasso, Dalí, Blas de Lezo o Carlos V. La cultura y la lengua española son una riqueza para todos los habitantes del planeta. Cualquier persona medianamente inteligente y culta lo reconocerá.
Hay gente que cree que los catalanes se han vuelto locos, que han perdido el sentido común y, por tanto, deben ser reprendidos y tutelados como menores de edad o dementes. Extraña un tanto que varios millones de personas hayan contraído la demencia de manera tan repentina y masiva. La evidencia científica nunca ha descrito una situación así. Yo no creo que sean dementes ni que haya que tratarlos como a niños.
Otros argumentan que los catalanes, en realidad, son insolidarios. Difícil de creer cuando los propios catalanes están a favor de permanecer en la Unión Europea. La Unión Europea es un club construido sobre la solidaridad; club más o menos bien conseguido pero este no es el tema. Lo más seguro es que a los catalanes, el pertenecer a la Unión Europea les suponga contribuir al presupuesto común más de lo que se vayan a beneficiar. No es creíble tachar a los catalanes de insolidarios.
Mucha gente piensa que el problema secesionista es legal. La ley dice que no se puede. Y no se puede. Aunque se haya cambiado la constitución múltiples veces para dar satisfacción a, entre otras, la Unión Europea. Las leyes las hacemos los hombres y las cambiamos los hombres; si hay voluntad para ello. Yo no creo que sea un problema legal.
El Estado es una organización. El Estado español es una organización. Cataluña es una organización. La Unión Europea es una organización. Aunque en España no es fácil ser consciente de ello, las organizaciones tienen sentido cuando cumplen una misión. Cuando la misión se ha cumplido o deja de tener relevancia, la organización acaba desapareciendo aunque en España nos cuesta eliminar organizaciones. Los circos cumplían la misión de divertir a las familias. Hoy existen muchísimas formas de divertir que cumpeln mejor esa misión que el circo. Los circos tradicionales prácticamente han desaparecido.
En la última crisis, los gobiernos de España han demostrado que no tenían ninguna misión salvo la de mantenerse en la poltrona. El gobierno español ha sido incapaz de velar por el interés del ciudadano que es la principal misión del Estado. Han tardado en reconocer la crisis. Han tardado y, en algunos casos, han esperado a que Europa solucionara los problemas como en el caso del encubierto rescate de las Cajas de Ahorros. El gobierno español ha sido incapaz de perseguir y juzgar a los muchos responsables de los desmanes en el sistema financiero público de cajas de ahorros (el último Miguel Ángel Ordoñez, gobernador del Banco de España con el PSOE y no juzgado por el PP). El gobierno español ha optado por la inacción, esperando a que otros resuelvan la situación. El gobierno español, de PP o del PSOE, ha demostrado no tener principios y un total desconocimiento de su misión: servir al ciudadano.
En Europa, también se han dado cuenta de la incapacidad del gobierno español (y de algunos otros). Europa ha realizado no pocas actuaciones tendentes a tener bajo control los asuntos económicos de los países miembros. Hay un mecanismo para controlar los presupuestos públicos de aquellos Estados que están más endeudados. Han obligado a cambiar la constitución para incluir artículos sobre el límite de gasto. El Banco Central Europeo ha tomado el papel de supervisión del sistema financiero que, hasta ahora, realizaban los bancos centrales de cada país. Hay múltiples ejemplos de iniciativas europeas tendentes a centralizar acciones que tradicionalmente han ejecutado los gobiernos de los estados. Por el momento, Europa tiene credibilidad y la gente se adhiere al proyecto. Entre paréntesis, no está claro que el Brexit acabe en Brexit.
Es probable que los catalanes hayan sentido esta incapacidad del gobierno español de manera especialmente intensa; desde luego mucho más que yo que escribo desde el País Vasco. Los políticos catalanes se han aprovechado de la situación contando con la valiosa colaboración del gobierno español que es una máquina de hacer separatistas. Ya lo hicieron en el País Vasco aunque aquí tuvieron la suerte de tener a ETA que era una máquina aun más sofisticada de fabricar no independentistas.
En Madrid quizá no lo perciban o no lo quieran percibir, pero tienen un grave problema que se llama irrelevancia derivado de su incapacidad para reconocer y realizar su misión. Da igual lo que pase el 1-O.
En Barcelona, tienen un grave problema de credibilidad democrática. El referendum se ha convocado chapuceramente, no va a tener ninguna garantía democrática ni ningún reconocimiento internacional. Da igual lo que pase el 1-O.
El 2-O hay que resolver un problema complejo.
Un consejo leído hace poco en un tuit sobre innovación: «Si solo eres capaz de imaginar una solución para un problema complejo es que no has entendido el problema».
Y un principio: los gobernantes están para servir a todos los ciudadanos.
Las leyes, las situaciones no son inmutables avanzan a medida que lo hacemos los ciudadanos.
Si en la empresa esperamos a que nuestros problemas los resuelva el vecino, duraremos poco tiempo.
Un buen gestor se reconoce en las situaciones difíciles, en la gestión de la crisis, en encauzar los problemas, en resolverlos y no crearlos pero también en no esquivarlos.
El problema Castilla-Cataluña es que ante un problema creciente unos (Gob.Español) no han querido hacer nada y el otro (Gob.Catalan) ha ido calentando y ahora ni uno ni otro sabe cómo parar, como buscar una mirada diferente.
Es un problema de «tonos de grises», los dirigentes de uno y otro lado son gestores de manguitos, grises de solemnidad, no solo el problema, el puesto también les va grande. No son capaces de gestionar un problema y lo dejan en manos de «los otros»; los jueces y policías que, lógicamente, hacen su función.
Los problemas políticos se resuelven hablando, templando, dando pasos poco a poco y sobre todo hoy se deben resolver de forma diferente a como se hacía en los años 30 del siglo XX.
Por cierto que el problema de grises e incapacidad de ver soluciones no está solo en políticas peto eso… para otro día.
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Poco que añadir. Muchas gracias por tu tiempo en leerme y participar.
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