La pasada semana hemos estado reunidos unos 200 coaches del Instrumento PYME en Edimburgo. Preciosa ciudad.
Me quedo, sobre todo, con la convivencia con el resto de los coaches del programa. Esto de verse de año en año ayuda a ver cómo el programa avanza y cómo nosotros avanzamos con el mismo. No están todos los que son, ni mucho menos pero quiero destacar a algunos de nuestros excelentes compañeros.
Juan Carlos Ausín era uno de los nuevos coaches. Ha traído una visión diferente y con menos prejuicios de los que llevamos algo más de tiempo. Su predisposición a colaborar con los promotores harán de él uno de los coaches estrella del programa.
Con Alejandro Fernández, he tenido la suerte de dar un largo paseo alrededor del castillo y aprender que la libertad es esencial para liderar personas y hacer un buen coaching. Sin libertad, el difícil proceso de crecer personalmente y hacer crecer los proyectos se torna casi imposible. Sin embargo, libertad no significa hacer lo que a uno le da la gana; significa querer hacer lo que el proyecto necesita que sea hecho.
Lluís Gras ha sido un compañero alegre y entretenido. La última noche además nos obsequió con su completa visión de la última crisis y las circunstancias que la permitieron. Su visión crítica del papel jugado por algunos agentes denotan su humanismo y su profunda conciencia social.
Aunque estuve menos tiempo con Unai Zorriqueta y con Fernando Aguirre, siempre admiro su forma de hacer. Unai es un superclase capaz de arrastrar a las masas de 1 a 100.000 individuos. Fernando nos aporta su visión a largo plazo del programa gracias a su saber hacer y a su bien ganado prestigio en EASME.
Para acabar, estuvimos con un coach húngaro, Peter Mogyorósi. Peter es un tipo entretenido que nos contó una de las últimas teorías sobre el vínculo de húngaros y vascos. Por lo visto, una teoría dice que los vascos somos descendientes de la invasión de los hunos. Según esta teoría, los hunos se acabaron estableciendo en Hungría y en el País Vasco donde han tenido poca relación con otro tipo de tribus por lo que se podría llegar directamente desde cada uno de nosotros hasta Atila ,que fue el caudillo que lideró aquella invasión, y sus soldados.
Si la teoría fuera cierta, probablemente Atila estuvo en Edimburgo la semana pasada. Afortunadamente, no dejó víctimas sino muy buenos recuerdos.