El autor con su cliente ante el Panteón en Roma

Todo tiene su gracia, sólo hay que saber ver (Marco Aurelio)

Hace una semana volví de vacaciones de Grecia.

La pasada semana he estado en Roma acompañando a un cliente. Con este cliente, nos hemos entrevistado con varios de sus clientes y colaboradores potenciales.

Debe ser por eso que me he puesto más filosófico de la cuenta.

El caso es que después de las entrevistas me he acordado de Epicteto. Epicteto fue un esclavo griego que al final de su vida fue liberado por su dueño. Pertenece a la escuela estoica y aunque no dejó una obra extensa escrita, sí que tiene varias máximas de lo más interesantes e inteligentes.

Epicteto decía que todos los problemas son como una sartén; si no los tomas del lado adecuado, te pueden quemar pero si los tomas del lado de donde se puede, no sufrirás daño alguno.

El caso es que hemos ido a Roma con una idea bastante clara de lo que queríamos conseguir y con unas propuestas muy concretas de colaboración. Pero las cosas no han salido tal y como habíamos esperado. No es que nos hayan rechazado pero no hemos recibido un apoyo completo a lo que proponíamos.

Rabindranath Tagore escribió: «No llores porque se ha ido el sol, pues las lágrimas no te dejarán ver las estrellas».

Estoy convencido que que Epicteto y Tagore tienen razón.

Lo malo es que, al menos en el mundo de los negocios, es complicado saber dónde está el asa de la sartén o hacía dónde hay que mirar para ver las estrellas.

Vamos a tener que aprender a mirar y a ver.