(Escrito el 1 de Julio de 2015)
Esta semana estamos de vacaciones en Calvi (Córcega) más o menos desconectados del mundo.
Nos llegan, sin embargo, noticias sobre el impago de Grecia y las reacciones. Mi hermano desde Sao Paulo me pregunta mi opinión sobre el asunto.
No soy un experto en Economía, al menos, en lo que se llama macroeconomía. Creo que es una “ciencia” más en pañales que la propia economía de la empresa. Me da la sensación de que hay mucho charlatán y muy poco conocimiento.
Para empeorar el tema, los políticos que toman decisiones macroeconómicas, al carecer del mínimo conocimiento, utilizan criterios que nada tienen que ver con una administración prudente de los recursos.
Así las cosas, el tema Grecia, en mi opinión, ha sido una combinación de “marketing político”, irresponsabilidad y falta de imaginación. Por supuesto, nadie ha pensado en los griegos a los que tanto los políticos europeos, como sobre todo los griegos, deben servir. Para eso les pagamos.
Está claro que los griegos no van a poder devolver su deuda. Por otro lado, es insostenible una situación en la que una organización gasta más de lo que ingresa. La solución al problema griego es sencilla: hay que reestructurar su presupuesto de entradas y salidas de dinero a la par que se reestructura su deuda.
El problema no se resuelve porque todas las partes están más obsesionadas en cómo van a aparecer en las portadas de los periódicos y de los portales de internet. El problema es quién se pone las medallas. El problema es cómo refuerzo mi imagen de “duro”, «salvapatrias» o lo que sea que haya vendido el político de turno. El problema es el marketing político malentendido.
Los políticos creen que son imprescindibles. No lo son. Sólo son imprescindibles si están al servicio del ciudadano. Si olvidan esto, acabarán desapareciendo (espero que por las urnas).
También creo que el problema acabará resolviéndose sin “Grexit”, con recortes en Grecia y con quitas de su deuda. Que es la solución sencilla, lo que dicta el sentido común y lo mejor para Europa.