2015: invirtiendo al final de la crisis


No hay duda de que la conversación en las empresas ha cambiado comparada con el 2013 y el 2014.

En mi opinión, el 2012 y el 2013 han sido los peores años de esta crisis que parece que se acaba. En esos años, la mayoría de las empresas estaban en grandes dificultades. Los bancos no tenían dinero para nada. No había signos de actividad ninguna. En esos años, hemos hablado sobre todo de EREs, de aguantar y, en el 2013, cada vez más se hablaba de cerrar. Muchos empresarios y directivos de empresas se fueron de vacaciones en Julio de 2013 pensando seriamente en cerrar después de las vacaciones. Y muchas empresas cerraron.

A finales de 2013 y comienzos de 2014, la situación no era mejor. Pero la conversación empezó a cambiar. Se seguía hablando de EREs pero los bancos empezaron a prestar (para eso están) y se dejó de hablar de cerrar. Todo ello vino acompañado por el inicio de la petición de presupuestos. Muchos no se cerraban pero lo importante era que se hablaba de presupuestar que es el paso anterior al pedido, a la actividad y a la factura. Y quien presupuesta, no piensa en cerrar.

En este 2015, en primer lugar, lo que yo veo es que hay más ventas. En segundo lugar, los bancos están compitiendo en prestar dinero. Creo que lo hacen con bastante más diligencia que antes y controlando mucho más los riesgos. En tercer lugar, las empresas empiezan a analizar sus primeros proyectos de inversión desde 2007 o 2008. La conversación ha vuelto a cambiar. Hablamos de invertir.

Pero claro, las empresas no tienen claro que esta recuperación vaya «en serio» y, antes de invertir, quieren tener claro que la inversión se rentabilizará. En los años previos a la crisis, se presuponía la rentabilidad de todos los proyectos de inversión. Hoy se tiende a presuponer lo contrario.

Estoy trabajando en dos proyectos de inversión de dos empresas distintas. En ambos casos, hemos partido del supuesto de que todo va a ir mal. Y hemos tratado de documentar esa situación, la peor. Hemos estado con los clientes y les hemos pedido que nos adelanten los pedidos (o un compromiso de compra concreto) que se van a atender con los medios objeto de la inversión.

Lo que dicen los libros de finanzas es que las inversiones se deben analizar en base a la rentabilidad de la inversión (RoI) o al Valor Actual Neto (VAN).

Recuerdo que cuando estudiamos el criterio de recuperación de la inversión, se decía que esta medida era buena en situaciones con alta inflación porque el riesgo de equivocarse con la tasa de descuento era alto. En la situación actual, el riesgo de equivocarse con la tasa de descuento no es alto pero sí el riesgo de equivocarse en la estimación de ventas. Dado que es razonable pensar que los clientes tampoco conocen el futuro, el criterio de inversión que hemos utilizado ha sido precisamente éste de la recuperación de la inversión (Payback).

No hemos analizado ni RoI ni VAN. En ambos casos, hemos empezado por las inversiones que se van a recuperar en menos de 12 meses. Si la recuperación de la actividad se tuerce, es fácil que hayamos recuperado toda o casi toda la inversión. Además, hemos visto que a los bancos les encaja esta manera de afrontar las inversiones: muy ajustadas y con una demanda concreta y documentada.

Yo creo que la conversación ha cambiado pero conviene, todavía, ir con pies de plomo.

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