Este fin de semana he leído en un par de sitios sobre la necesidad de que las empresas vascas tengan mayor tamaño para competir. Lo mencionaba Ignacio Marco Gardoqui en su columna de «El Diario Vasco» y esa misma era la conclusión del III Congreso de Directivos de APD tal y como se recogía en el diario DEIA.
En mi opinión, esta meta es equivocada. El tamaño no importa o, mejor dicho, el tamaño de una empresa es consecuencia de una buena estrategia, no es algo que se busca premeditadamente.
El tamaño por el tamaño está en el origen de una de las mayores quiebras de la economía española: FADESA. El tamaño por el tamaño también está en el origen de muchos de los conglomerados americanos que se hundieron en la década de los 80 del pasado siglo. A los banqueros de inversión les interesa crear esta opinión de que el tamaño lo resuelve todo ya que esto facilita su labor en la promoción de fusiones y adquisiciones. Ya está más que demostrado que la mayoría de fusiones y adquisiciones no generan valor; al contrario, generalmente lo destruyen. En paralelo, también está demostrado que las diversificaciones no relacionadas tienen peores resultados que las relacionadas, o sea, que sumar empresas que no tienen nada que ver rara vez funciona, especialmente en economías avanzadas.
Sin embargo, una de las ventajas competitivas más buscadas por las empresas es la economía de escala lo que exige alcanzar un tamaño mínimo para competir. ¿Cómo se puede insinuar que el tamaño no importa?
Vamos a dejar de lado el hecho de que hoy es posible beneficiarse de la economía de escala sin necesidad de fabricar. En primer lugar, es importante señalar que el tamaño es un término relativo. Una empresa que factura 50 millones de euros puede ser grande y otra que factura más de 500 puede ser pequeña. El tamaño de la empresa está relacionado con el tamaño del mercado en el que la empresa compite. En segundo lugar, el tamaño está relacionado con la participación de mercado de la empresa en cuestión.
Lo importante no es el tamaño de la empresa, lo importante es la participación de mercado y la ventaja o desventaja que tenemos con el competidor más cercano. Un líder de mercado marca, por acción u omisión, la dinámica del mercado. Y los demás se adaptan. Un líder de mercado proactivo debe practicar la innovación, autodestruirse haciendo avanzar el sector y aumentando su ventaja con los demás, sirviendo mejor a sus clientes.
Las empresas pequeñas sólo pueden limitarse a manejarse en el mercado pero no a manejarlo. En un entorno muy dinámico, la empresa pequeña trata de sobrevivir mientras la empresa grande puede dictar el futuro del sector.
En el País Vasco, no necesitamos empresas de gran tamaño, necesitamos empresas grandes en participación de mercado que marquen la evolución de los sectores que lideran.
Iñigo.
Comparto tu visión, y una observacion al respecto:
¿Los arboles crecen hasta el infinito?
No, lo hacen en función de lo que su naturaleza y sus raices les permiten. Dan sus frutos cada uno con su adecuada dimensión.
El crecer por crecer es la filosofia de los que van a porcentaje sobre lo que se crece.
Como bien dices el tamaño es relativo.
Ahora bien lo que si ocurre es que hay elementos que desincentivan crecer cuando se es pequeño, es lo que podriamos denominar «el sobrecoste o la barrera de los 50 empleados».
¿Se es consciente de lo que supone a una empresa pasar de 49 a 50 empleados? No es un empleado más, es un salto de categoria con implicaciones en muchos ámbitos, con legislaciones que tienen cuarenta o cincuenta años que no se han modificado.
Aquí es un campo en el que si que hay que modificar la visión. Una empresa de 49 puede tener limitada su expansión internacional, pero crecer poco a poco cuesta demasiado.
Saludos.
Gian-Lluís
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Muchas gracias Gian-Lluis por dedicar tu tiempo a leerme.
Crecer debe ser consecuencia de hacer las cosas bien. No es una meta. Perseguir un indicador de crecimiento, sin tomar en consideración las palancas que llevan al mismo, puede hacer tomar decisiones totalmente equivocadas que acaban en la destrucción de la empresa.
En cuanto a la legislación de este país en lo relativo a las empresas y al empleo, creo que necesita una seria revisión si queremos propiciar la existencia de empresas dinámicas que lideren sectores económicos a nivel mundial; incluyendo todo lo relativo a PI que tu controlas más que yo.
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