Independencia, nacionalismo y el ansia de poder


Reconozco mis pecados: soy nacionalista (vasco), no estoy en contra de la independencia y, de pequeño, quería que las selecciones españolas perdieran hasta jugando a chapas. La mayoría de los que me leen, creerán que estoy equivocado. No hace falta que nadie me escriba y pierda su tiempo intentando convencerme. Tienen razón los que así piensan. Yo sé que estoy equivocado, por lo menos en un 90%.

Según dicen, viajar cura en buena medida la enfermedad del nacionalista. Será por eso que, al menos, soy consciente de estar equivocado. He visitado más de 50 países en los cinco continentes sea por trabajo o por ocio. Con mi mujer y mis hijos, tratamos de continuar con esa sana costumbre de conocer todos los años un nuevo país o un nuevo lugar.

Así que nacionalista, independentista, viajado y equivocado, tengo más preguntas que respuestas. Bueno, en realidad, tengo respuestas pero sé que las preguntas son más importantes y que aquellas, como en la anécdota de Einstein, pueden cambiar.

  1. Euskadi dentro de España ¿para qué?
  2. Euskadi fuera de España ¿para qué?
  3. ¿Porqué España es mejor que Euskadi? o dicho de otra manera, ¿porqué el nacionalismo vasco es malo pero el nacionalismo español es bueno?
  4. Los políticos que promueven el independentismo persiguen asegurarse una mayor cuota de poder pero ¿los políticos españoles persiguen la unidad nacional con otros motivos o por los mismos?
  5. Si la constitución reconoce la libertad, la soberanía y la unidad de España, ¿qué es más importante la libertad o la unidad de España? ¿qué valor tiene la unidad de España sin libertad?
  6. Si voláis por encima del Pirineo, ¿Cuántos sois capaces de reconocer la frontera?

4 pensamientos en “Independencia, nacionalismo y el ansia de poder

  1. ¡Pero si siempre dices que quieres ser navarro! Vente «pa» aquí que te atenderemos muy bien con esparragicos y pimienticos. Y además no te vamos a cobrar peaje ni pedirte pasaporte «pa» entrar. Y, efectivamente, eres la prueba viviente de lo que decía Cela: «el nacionalismo se cura viajando».

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    • ¡Qué razón tienes Miguel! No solo quiero ser navarro, lo soy. Como la mayor parte de los europeos que aun no se han enterado: Enrique III de Navarra (y IV de Francia) hizo bien su trabajo (¡París bien vale una misa!)

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