El pasado año escribí una carta abierta a la directora del colegio de mis hijos. En ella amenazaba con no gastar un euro más en libros y enviar a mis hijos con una tableta al cole en el inicio de este curso.
La directora del colegio se puso en contacto conmigo para explicarme qué pasos estaba dando el colegio para incorporar las nuevas tecnologías en el aprendizaje de los niños. Este año han decidido que los alumnos de 4º de la ESO dispongan de un chromebook como principal herramienta para el aprendizaje. Para los demás cursos, el libro de texto en papel seguirá siendo la herramienta básica para el aprendizaje.
Mis hijos irán al cole sin tableta y con libros de texto. No podré cumplir mi amenaza pues tampoco quiero poner en peligro la estabilidad en la convivencia familiar.
Pero me temo que no me he explicado bien. Yo no exijo que mis hijos no tengan libros de texto. El libro es fundamental. Lo que es contraproducente es que el libro sea en papel. El libro en papel es obsoleto, caro, pesado y no permite la colaboración. Los nuevos libros digitales son claramente mejores. Y cambiar a ellos no es una revolución sino una evolución natural, conveniente y que estamos tardando en realizar. El libro digital es más barato, más fácil de transportar y acceder y facilita el que se pueda leer más, mucho más ya que «Los mejores líderes del futuro utilizarán la mitad de su tiempo en la lectura de libros»