El otro día volviendo de clase de ballet, mi hija Ainhoa, que no calla, me contó su estrategia para sacar buenas notas. Resulta que Ainhoa y sus compañeros de clase tienen que hacer una presentación en clase de euskera del tema que quieran. La profesora les invitó a que voluntariamente se presentaran para las primeras presentaciones. Ainhoa decidió presentarse voluntaria. Pensó que ahora que hay menos trabajo y exámenes va a tener más tiempo que dentro de unos meses. Cuando le preguntó de qué iba a hablar, Ainhoa le contestó con lo primero que se le pasó por la cabeza: Nueva York. Los que la conocéis sabéis que, en realidad, lo de Nueva York es una obsesión de unos meses a esta parte.
Así que Ainhoa se ha puesto a preparar su exposición sobre Nueva York. Y para empezar, ha visitado la Wikipedia. En la entrada de Nueva York en euskera, resulta que hay un epígrafe sobre Nueva York y los vascos. Y Ainhoa pensó que esta era la manera de sacar buena nota pues a su profesora le gusta que los alumnos pongan en relación lo vasco con el resto del mundo.
Esta mañana preparando una presentación que tengo mañana sobre valoración de empresas, he vuelto a leer el extraordinario artículo de Joan Magretta sobre modelos de negocios «Why business model matter?» Dice Magretta que un buen modelo de negocios empieza contestando las dos preguntas esenciales a todo negocio: ¿Quién es mi cliente? y ¿Qué valora mi cliente?
Ainhoa ha aplicado el mismo principio a la consecución de buenos resultados académicos. ¿Quién es su cliente? Su profesora de euskera, y no el resto de compañeros que son su audiencia; ¿Qué valora su cliente? que los alumnos se presenten voluntarios y que hablen de lo que hablen, lo pongan en relación con lo vasco.
Me está empezando a asustar mi hija.
Nota final: ya lo dice mi amigo Miguel, finalmente, todos vendemos algo.