Desde la pasada semana, Julián y yo somos parte de la familia Blackbinder. Desde hace un par de años, hemos trabajado codo con codo con ellos y la pasada semana, nos hicimos socios.
Al decidir entrar en el negocio, nos hemos tenido que responder varias veces a la pregunta: ¿esto qué es: bueno, malo o regular?
Haciendo un repaso de las razones que nos han llevado a dar el paso, podemos decir que son tres las razones para entrar: la oportunidad, la tecnología y el equipo.
- Creemos que Blackbinder se puede convertir en un estándar para la lectura de partituras musicales digitales. El tamaño de mercado es razonablemente grande para crear una empresa de tamaño mediano. El tamaño de mercado es razonablemente pequeño por lo que es poco atractivo para las grandes empresas. Dicho de otro modo, no nos enfrentamos a gigantes ni en tecnología ni en acceso al mercado. ¿Buena, mala o regular? En nuestra opinión, la oportunidad nos parece muy buena.
- Desde el principio, hemos visto que la tecnología es original y muy diferente. No sabíamos si era buena, mala o regular. Para saberlo, hemos hecho dos cosas:
- Por un lado, hemos hecho pasar el invento por el proceso más exigente para patentarlo. Hemos solicitado la patente a través de la EPO que es el organismo que examina de manera más exigente las “invenciones soportadas por ordenador” (software). A finales del pasado año, la EPO concedía la patente con un alcance amplio. La originalidad y la excelencia son reales y la invención está bien protegida.
- En paralelo, hemos presentado la tecnología a los clientes potenciales. Un producto puede ser diferente y original pero fracasar en el mercado cuando el cliente no lo valora. ¿Bueno, malo o regular? Se lo hemos preguntado a los clientes más exigentes; normalmente organizaciones en Estados Unidos y Europa. Y los clientes nos han atendido y nos han dedicado tiempo y recursos para probar el producto y pensar en cómo adoptarlo. ¿Buena, mala o regular? La tecnología creemos que puede ser excelente.
- Sabemos que sobre el papel todos somos excelentes. Pero el roce pone a cada uno en su sitio. Desde el principio, sabíamos que el equipo emprendedor era complementario: Un músico, un informático y un financiero. Como en los chistes. Trabajando con ellos, nos hemos dado cuenta que no sólo la experiencia es complementaria, también lo son sus personalidades. El equipo se ha completado con un músico-vendedor que es un artista abriendo puertas frías y manteniéndolas calientes a base de bombones. El equipo tenía buenas maneras al principio. Pero un equipo es, sobre todo, cómo evoluciona. ¿Bueno, malo o regular? En nuestra opinión, el equipo es cada vez mejor.
Así que nos hemos lanzado y hemos invertido. El proyecto sigue siendo muy muy arriesgado pero también es muy divertido.
¿El proyecto es bueno, malo o regular? Trabajamos para que sea bueno, muy bueno.