Un conocido profesor del MIT decía que la mejor cualidad de un gestor de la innovación es de la ser un ejecutor (to execute) en sus dos sentidos: hacer realidad la innovación (=Invención x Comercialización) y la de matar la innovación, acabar con ella. En pocas palabras, o hacemos realidad la innovación o la matamos.
En 2009, Fatronik, ahora parte de Tecnalia, patentó un invento consistente en un material que se endurecía conforme se hacía el vacío entre las capas del que estaba hecho. Esta patente está concedida en China y Japón pero no en Europa ni en Estados Unidos. En 2013, la tecnología avanza y se aplica a materiales textiles. La solicitud de la patente se hace como PCT.
Textia es una empresa fundada en 2014 cuya sede está en uno de los edificios de Tecnalia en el Parque Tecnológico de Derio. Textia nace con el objeto de explotar este invento cuyo nombre comercial es Varstiff. Lleva en el mercado, por decirlo de algún modo, desde el año 2009.
Según la página web de Textia, los diferentes responsables del proyecto han tratado de levantar capital en varios foros de business angels sin que conste que haya tenido éxito.
Textia ha decidido organizar un concurso para buscar «desarrolladores de oportunidades de negocio con espíritu emprendedor para construir negocio juntos a partir de aplicaciones de nuestra tecnología patentada Varstiff en cualquier industria, tales como automoción, deporte, textil o salud, entre otras». Y ofrece un primer premio de «14.000€ para el desarrollo del prototipo del proyecto ganador y royalties si el producto llega a comercializarse. Royalties acotado en el tiempo a 4 años. Primeros 2 años, 4% de facturación del producto/s. Segundos 2 años, 2% de facturación del producto/s».
Es decir:
- A pesar de que hay «un millón de posibilidades para una única tecnología», parece que, Tecnalia antes y Textia ahora, nadie es capaz de concretar ninguna para llevarla a mercado.
- A pesar de que Innovación=Invención x Comercialización, los 14.000 euros son para «el desarrollo del prototipo del proyecto ganador».
Para este concurso, Textia ha conseguido involucrar a un nuevo agente público, la Fundación Izarra, dependiente del Ayuntamiento de Ermua, en cuyo objeto dice estar»orientada a la generación de valor territorial».
Y a mí, me surgen un montón de preguntas: ¿Estamos ante otra solución tecnológica en busca de problema? ¿Son necesarios 14.000 euros más para imaginar una aplicación práctica para esta tecnología? ¿Es necesario un concurso? ¿No hay nadie en Tecnalia con imaginación o con relaciones para imaginar en colaboración? ¿Por qué hasta ahora nadie ha dado con una aplicación práctica? ¿Qué quiere decir esto? ¿Es la Fundación Izarra el mejor aliado para buscar ideas de mercado? Se destinan 14.000 euros para el desarrollo del prototipo ganador ¿Y cuánto para fabricar las ventas? ¿Qué presupuesto hay para buscar clientes potenciales que, tras un largo proceso, lleguen a comprar? Parece que se van a cometer los mismos errores por n-sima vez.
La pasada semana, la Consejera del Gobierno Vasco Arantxa Tapia anunció la convocatoria de ayudas Emaitek Plus para centros tecnológicos y centros de investigación cooperativa. Según se lee en la prensa: «la finalidad de estas ayudas es aproximar la investigación a lo que necesita el mercado, con el fin de que los frutos de ésta se transfieran a la industria «lo antes posible»».
A la vista del caso Varstiff, ¿es necesario transferir la investigación a la industria o hay que trabajar con la industria desde un inicio? ¿Transferir es el verbo correcto o será cooperar? ¿Transferir después de desarrollar o cooperar desde el inicio para desarrollar tecnología y mercado?
En definitiva, ¿cómo minimizamos el riesgo y el tiempo para ejecutar la innovación?
Totalmente de acuerdo Iñigo, ¿desarrollar algo y tratar de encajar en la realidad o diseñar en cooperación con los agentes que viven esa realidad? Necesitamos nuevas formas de pensar y actuar (desde la colaboración, la cooperación, suma de capacidades diferentes) para crear nuevas oportunidades. Triste ver más de lo mismo, cuando se nos llena la boca de grandes palabras como cooperación…
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Muchas gracias Olaia. Esto de la cooperación y la competencia es un asunto complejo. Lo triste es que ni cooperamos ni sabemos competir (en la diferenciación). Habrá que ir aprendiendo.
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