El pasado año por estas fechas escribí la entrada «2014: Año Cervino» con mis metas para el mismo.
Con el final de año, hay que hacer balance y preparar nuevas metas para el nuevo año.
En el balance, tengo que reconocer que no he conseguido ninguna de las tres metas que me propuse. Como casi siempre me pasa, los planes no sirven para nada aunque la planificación sea indispensable (según dijo Eisenhower).
De las tres metas, hay una que creo que hay que desechar. No parece que se vaya a cumplir; no al menos en la concreción que me había planteado. Hay una segunda meta que creo que también va a ser muy difícil de alcanzar pero que aun no he descartado. La tercera meta no se ha conseguido pero se han dado pasos importantes en la buena dirección así que este año quizá se consiga.
Y, sin embargo, no creo que el año haya sido malo. Aunque no se han conseguido las metas, sí que hemos avanzado en direcciones interesantes que me hacen fijar tres nuevas metas para este 2015.
A diferencia del año pasado, este año no voy a hacer públicas mis tres metas. Me fastidia tener que reconocer que no las consigo aunque en algún caso se avance en la dirección adecuada. Un amigo mío decía que hay que ganar hasta jugando a canicas. Yo no soy tan ambicioso pero si me fijo tres metas, me disgusta no alcanzarlas y encima tener que reconocerlo públicamente.
Eso sí, como las alcance, os vais a enterar.