Dos semanas intensas


Estas dos últimas semanas estamos acelerando. No sé si voy más rápido de lo que debo y puedo.

La semana pasada la dediqué a varios proyectos.

Lunes y martes trabajando en varios empresas para crear o recién creadas en el ámbito de nuestro trabajo con Fomento de San Sebastián. Lo cierto es que los proyectos que se presentan y se apoyan son poco a poco mejores. Todavía no son capaces, en muchos casos, de ganar dinero pero permiten una pequeña remuneración para los promotores y esperemos que pronto algunos generen empleo.

Miércoles, empezamos a planificar un nuevo proyecto de investigación entre una empresa local y otra china dentro de un proyecto de movilidad sostenible que no acaba de despegar.

Jueves me reúno con un contacto nuevo de linkedin. Un tipo con un perfil muy potente que acaba de quedarse en paro. Cada vez estoy más convencido de que las empresas de este país están muy mal dirigidas y sus directivos son responsables en buena medida de la desastrosa situación. Los directivos de las empresas tienen la obligación de buscar la excelencia, rodeándose de los mejores profesionales disponibles y buscando liderar los mercados, grandes o pequeños, en los que participan. El politiqueo, los chismes y el mirarse al ombligo producen empresas mediocres y cada vez más pequeñas.

El viernes estamos con un promotor de aquí con un doctorado en ingeniería de una universidad americana. Ha tenido que irse a Londres a investigar y trabajar para poder estar con alguien que le entienda. Seguimos su proyecto de empresa desde hace un par de años. Esperamos poder ser de más ayuda cuando el proyecto madure.

Esta semana el lunes lo comienzo preparando el Tecnun Tec sobre estrategia y crecimiento de empresa. Un amigo de Panamá, directivo en una constructora, me pide cotización de un montón de materiales. Se lo paso a otro amigo en Donosti. A última hora de la tarde, videoconferencia con mis socios en Seattle (Estados Unidos) para poner en marcha un proyecto de mentoring oline y consultoría que debe ver la luz en la primavera de 2015.

El martes por la mañana tengo una interesante reunión en un despacho de abogados. Espero que nos puedan ayudar en la creación de un vehículo de inversión para nuevas iniciativas empresariales. Por la tarde, toca repasar un proyecto para Instrumento PYME del Horizon 2020.

Miércoles día completo dedicado a nuevos proyectos. Al mediodía, invitado por El Diario Vasco participo en la charla digital de Startinnova. Los estudiantes de bachiller no me creen cuando les digo que no somos tan distintos, yo con mis 50 y ellos con sus 16. Mis dos consejos: practicar la imaginación y viajar mucho (y leer, aunque esto se me olvidó decírselo).

Hoy Jueves, día completo reunido con emprendedores. En total, 6 proyectos. Muchas emprendedoras. Y muy buenas. Con uno de los proyectos que tiene una patente que hay que analizar y comprender, nos pasamos más de dos horas (y otras dos de reflexión con @estrategiapi). ¡Qué duro es entender negocios tecnológicos cuando se es de «letras con matemáticas»!

Por la noche, un cliente al que había presupuestado una reflexión estratégica me dice que declina mi oferta por estar demasiado orientada a la parte comercial. Está claro que no he sido capaz de transmitir la importancia que tiene pensar la estrategia de la empresa desde el mercado. El mercado es el punto de partida para la estrategia. La estrategia es cambio. Y el cambio tiene su origen o en el cambio que se da en el mercado o en el cambio que la empresa quiere introducir en el mercado (esto sólo es posible si la empresa es grande). En todos los casos, los cambios del mercado determinan los activos, operaciones, procesos, organización y lógica económica del negocio (easy to say, hard to understand).

Mañana, comida con @estrategiapi, una gerente de empresa (un descubrimiento), una empresaria con una trayectoria envidiable y un consejero; cada uno en sus propias guerras. Quizá después de la comida, cambiemos el sector de… mejor no digo nada que luego todo se va al traste.

Mi mujer Begoña tiene que estar hasta el gorro de mí y de mis batallas.

Nota al margen: todavía le debo una entrada en el blog a mi hermana Nekane.

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